Montura

Aspectos más relevantes de una montura y por qué no todas sirven para practicar la astrofotografía. Y recomendaciones…

La montura es un componente fundamental de los telescopios. No importa de qué tipo sean.

Ya podemos usar el mejor telescopio del mundo con la mejor la calidad óptica, que si no trabajamos sobre una buena montura la observación no será nada placentera. A la hora de escoger una montura hay que prestar atención a su estabilidad y, si no lo tiene claro, es mejor que nos consulte antes.

Las monturas acimutales permiten mover el telescopio a lo ancho (en el acimut) y a lo alto para orientarlo con cualquier objeto celeste. La mayoría de los telescopios más asequibles van montados sobre una pequeña horquilla, que también permite hacer seguimiento. Sin embargo, existen otras variantes de más calidad que garantizan un mayor disfrute durante la observación.

Los telescopios presentan en uno de los lados una pequeña barra de plata que va unida al soporte de la horquilla y que permite ajustar la altura (suele ser lo habitual en los telescopios más pequeños). El otro eje del telescopio permite hacer giros de 360° en el plano horizontal en todos los puntos cardinales. Se ajusta por medio de un pequeño tornillo.

Así, con esta montura se puede encontrar y observar cualquier objeto del cielo nocturno. Este diseño tiene una ventaja, y es que es muy ligero para su transporte y no requiere de conocimientos previos para usarlo. Con él simplemente hay que corregir la posición del telescopio en ambos ejes para poder observar correctamente el objeto seleccionado.

Debido a la rotación de la Tierra, los astros se desplazan unos 0,25° por minuto por el cielo. Los objetos aparecen por el este, allí inician su trayectoria circular, van ascendiendo hasta alcanzar en el sur su punto más alto en el meridiano y vuelven a descender hasta desaparecer por el oeste.

Cómo seguir un objeto

Con los motores acimutales hay que volver a "cazar" el objeto que estamos observando cada vez que desaparece del campo visual del ocular, cosa que ocurre cada poco tiempo. Sin embargo, esto no siempre es fácil con un telescopio instalado sobre una montura muy sencilla que no permite hacer ajustes de precisión. Este tipo de monturas están vetadas para astrofotografía, porque el objeto fotografiado debe permanecer siempre perfectamente encuadrado. Además, las monturas acimutales pecan de cierta rotación del campo visual.

No obstante, hay monturas acimutales cómodas con sendas ruedas giratorias para garantizar un movimiento de precisión de los dos ejes, lo que se traduce en una exactitud considerablemente mayor a la hora de aproximarse a los objetos celestes. Si tiene planeado comprar un telescopio con una montura acimutal, mejor que sea una variante con movimiento de precisión.

La montura ecuatorial o paraláctica se alinea con el eje de la Tierra y sigue a las estrellas dibujando un arco circular. Así, en lugar de controlar dos ejes, solo hay que manejar uno para mantener el objeto en el centro del campo visual. Es muy práctica para la observación e imprescindible para la astrofotografía.

Existen dos variantes:

• Montura alemana
• Montura de horquilla

Aunque parecen distintas, su principio de funcionamiento es el mismo: constan de dos ejes basculantes.

• Eje de ascensión recta
• Eje de declinación

El eje de ascensión recta se alinea con el polo norte celeste, en las proximidades de la estrella polar, para quedar paralelo al eje de rotación de la Tierra. Los buscadores polares resultan muy útiles a la hora de realizar esta alineación. El eje de declinación se encuentra a 90º en perpendicular.

El eje de declinación indica la altura de un objeto por encima del ecuador celeste en tramos de 90°. Las coordenadas del eje de ascensión recta son las responsables del cambiante ángulo horario. Su origen reside en el punto vernal en la constelación de Piscis y se mide en horas y minutos.

Una vez configurado un determinado objeto en su telescopio, puede determinar sus coordenadas en una carta estelar. El eje de declinación siempre es fijo y se corresponde con las indicaciones de los mapas celestes. Por el contrario, el eje de ascensión recta cambia; el ángulo horario correspondiente se puede calcular con un anillo de coordenadas giratorio. Solo hay que girar la escala de AR hasta que la indicación se corresponda con la de la carta estelar. Ahora ya sabe cómo ajustar cualquier astro según sus coordenadas.

Los dos ejes de la montura determinan el sistema de coordenadas en el cielo. Podemos imaginárnoslo como una proyección en la esfera celeste. Consta de muchas líneas curvadas verticales y horizontales, similares a las de las coordenadas geográficas de la Tierra.

Con un telescopio instalado sobre una montura ecuatorial orientada hacia la estrella polar se puede configurar cualquier objeto celeste. Como la Tierra rota, es necesario compensar este giro con un movimiento de precisión del eje de ascensión recta para mantener el astro observado en el centro del campo visual. El eje de declinación no necesita ninguna corrección.

Lo más fácil es usar motores, que nos ahorran el trabajo de tener que hacer el seguimiento de la rotación terrestre a mano, ya que los motores lo compensan automáticamente. Por norma general, también se dispone de un control electrónico.

Los astrofotógrafos necesitan monturas con mayor precisión que una mera alineación con la estrella polar. Dado que el polo norte celeste no está exactamente en el mismo lugar que la estrella polar, sino a unos 0,5°, al cabo de cierto tiempo pueden empezar a producirse desviaciones. Por eso lo mejor es utilizar un buscador polar; muchas monturas están preparadas para poder acoplarlo.

El principio detrás de las monturas Dobson es tan genial como sencillo. Su finalidad era poder montar el telescopio más grande posible sobre una montura a un precio asequible. Y la logró.

Los telescopios Newton se sientan sobre un cajón de madera que permite su libre movimiento a lo ancho (en el acimut) y a lo alto. La estructura de este cajón es muy sencilla: consta de pocas piezas que se ensamblan igual que un mueble del Ikea.

Está equipada con rodamientos deslizantes y giratorios para facilitar el movimiento del telescopio en cualquier dirección incluso con un solo dedo.

Los telescopios Dobson ofrecen aperturas grandes a unos precios imbatibles. Este instrumento es uno de los más ligeros para transportar. Con solo levantar el tubo y separarlo del balancín ya tenemos el equipo desmontado. Y su montaje es exactamente igual de sencillo.

Una vez montado podemos empezar a observar directamente, en el monte, o desde la misma puerta de casa. Ahí reside la clave de la sencillez de los Dobson. No es de extrañar que su club de fans entre los aficionados a la astronomía sea tan grande.

Lógicamente, estos instrumentos también tienen sus inconvenientes. Sin embargo, no son tan graves frente a sus grandes ventajas. Lo que es innegable es que se trata de instrumentos para la observación visual.

La astrofotografía con los Dobson no funciona. Tampoco son ideales para observar con muchos aumentos, por ejemplo, los planetas, porque así resulta muy difícil mantener el objeto dentro del campo visual. No obstante, hay muchos "dobsonautas" que han encontrado la técnica ideal para conseguir observar planetas con altos factores de aumento.